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jueves, 21 de julio de 2011

Meditación agua – Fukishama – Delfines – Mamá Ballena


Meditación agua – Fukishama – Delfines – Mamá Ballena

A modo de preparación

Los cetáceos respiran con plena conciencia, a diferencia de los humanos que lo hacemos de manera automática;  en ellos, cada inspiración es un acto de voluntad que indica su deseo de vivir, que se renueva en cada expiración en donde se desprenden de lo viejo para seguir avanzando.
En esta meditación pediremos a los amados cetáceos que nos acompañen, nos enseñen,  y como todos somos maestros, también algo haremos por ellos y por nosotros, por todos, porque sabemos que somos UNO. Lo que hacemos por las aguas en Fukishama es por nosotros y por ellos,  es simplemente por el UNO, lo que haremos con los cetáceos es por ellos y por nosotros, por el UNO.
Masaru Emoto nos ha transmitido un hermoso conocimiento, el agua tiene memoria, el agua puede recibir un mensaje y reflejarlo. El agua es energía, es vida. Ante la convocatoria mundial que realizara para unirnos el 25 de julio en meditación, nos UNIMOS felices y agradecidos.
Las aguas todas son el mismo elemento AGUA, al bendecir una, bendecimos todas y nos bendecimos.
Gracias.

Meditación
Nos ponemos cómodos.
Iniciamos reconociendo nuestro cuerpo físico.
Sientan las manos, cómo están ellas apoyadas.
Sientan las piernas: ¿en qué dirección apuntan? ¿Están paralelas? ¿Tocan el piso?
¿La columna está recta y apoyada?
Sientan las vértebras: ¿tienen conciencia de todas ellas o hay vacíos?
Hagan un recorrido desde el cráneo hasta los dedos del pie, viajando por dentro de los huesos.
Nuestro cuerpo físico está ya dispuesto para iniciar un recorrido distinto.
El agua está en todo lo que nos rodea, es parte de la forma que adoptó la vida en la tierra. El aire que respiramos contiene agua en forma de vapor.
Vamos a centrar toda nuestra atención en la respiración, al igual que los cetáceos nos volveremos por un breve momento conscientes de nuestra respiración.
El aire que respiramos contiene vapor de agua.
Al inspirar sentimos el aire  como ingresa a nuestro cuerpo y visualizamos como las partículas de agua van llegando hasta nuestros pulmones.
En cada respiración vamos descubriendo cosas nuevas:
El roce de la piel con la ropa.
La temperatura del aire.
El movimiento de nuestros hombros.
Respiramos y vamos despertando nuestro cuerpo, sentimos nuestros pulmones, el diafragma, la ropa como roza nuestra piel, nuestras piernas.
Todo se llena, se vacía, cada respiración es la vida toda.
Al respirar también tomamos partículas de luz que ingresan a nuestro cuerpo físico.
La luz llega a nuestros pulmones y se centraliza en el corazón.
Vemos que hermoso color va tomando nuestro pecho.
El corazón empieza a irrigar luz por todo nuestro cuerpo, viaja junto con la sangre que es también agua.
Decidimos por un tiempo breve ser aún más conscientes de nuestra respiración, Decidimos respirar con total voluntad, sabiendo que cada respiración es manifestación de nuestra voluntad de estar aquí y ahora.
Tomamos aire, tomamos vida.
Quiero vivir.
Sentimos la vida fluir en nosotros. Somos absolutamente libres de estar aquí y ahora, es nuestra decisión, sabemos a qué vinimos y porqué.  Confiamos en nuestra sabiduría.
Seguimos nuestro propio ritmo para respirar.
En cada exhalación dejamos ir el pasado.
Se va lo que pensamos, los rencores, el miedo.
Decidimos libertarnos de todo para dar lugar a una nueva inhalación.

En cada respiración se va acumulando una energía más y más pura en nuestro plexo solar.
Respiramos con plena conciencia.
Cuando sea el momento adecuado,  verán una esfera de energía en su Plexo Solar. Un Sol brillante.
Le imprimimos un mensaje de AMOR, de AMOR por toda la vida.
Escribimos AMOR por cada elemento de nuestra habitación, por cada animal que recordamos, por las piedras, por el aire…  todo tiene vida, distintas formas de vida, pero todo lo que nos rodea es energía y por ende es vida. 
Esa esfera empieza a girar hasta formar un espiral, que se ha convertido en agua.
Un espiral de agua.
Enviaremos esa energía amorosa a Gaia.
Tomamos aire y al exhalar dejamos ir toda esa energía de AMOR.
Un espiral de agua sale de nuestro chakra base y llega hasta el Corazón Cristalino de Gaia.

A ella llega nuestro espiral de agua pura y cristalina, que se suma a su brillo.

Vemos el agua tomar contacto con el cristal, bañarlo, fundirse.
Es un gran CRISTAL, lleno de vida, podemos ver formas adentro.
Le pedimos permiso a GAIA para ingresar.
Nos vemos junto a GAIA.
Cada uno la visualiza de un modo distinto, y todos apropiados.
Una niña, una anciana, una forma, una luz, una voz, un color, un aroma.
Abrimos de manera total y desinteresada nuestro corazón, sabiendo que gracias a Ella estamos aquí, hemos podido sostener la vida en la tierra.
Cada vez que comemos, cada respiración, cada atardecer, los bosques, todo gracias a que Ella nos sostiene.
GAIA en su generosidad no nos juzga, ni castiga, nos sostiene con Amor y dulzura, sus movimientos no son un castigo y simplemente propician la vida de un modo nuevo.
Un águila caza su presa, y es la vida que circula, no hay bueno ni malo… un delfín atrapa un atún, una abeja busca néctar en una flor, una arañita entrampo un mosquito que será su alimento,   un niño bebe de la teta de su madre. La generosidad de la madre y de la madre tierra.
Todo el agradecimiento por cada uno de los momentos que hemos estado en la tierra, el momento de nuestra concepción fue de aguas, la pasión de nuestros padres, el liquido que nos rodeo en el vientre, la leche materna. Todo es agua.
La gratitud que sentimos es inmensa en este momento.
Con un gesto llevamos las manos hasta el centro de nuestro pecho y de nuestro corazón hacemos emerger una gota de AMOR INCONDICIONAL.
La gota  toma forma de cristal, y se lo entregamos a la Madre.
El agua tiene memoria, en esa gota hemos impreso los recuerdos más hermosos de nuestra vida, la alegría, la seguridad de un abrazo, la calidez de una sonrisa, los recuerdos más tiernos de nuestra piel, los olores más puros que nos llevan hasta los seres más amados. 
Sepan que en esa gota se han plasmado todo lo que nos remite a la alegría, a la salud, al amor. El Cristal está programado con lo mejor de esta nuestra vida.

Nos deleitamos en este momento, mientras sentimos como GAIA en su generosidad infinita nos cubre con su Amor, son dos espirales que nos envuelven, cada uno gira en un sentido distinto… equilibran nuestro cuerpo… nuestras emociones.
Una gran caricia, una ola de agua nos eleva, atravesamos todas las capas de la tierra en unos segundos.
Llegamos a un mar azul, turquesa, con destellos dorados.
Estamos rodeados por una gran burbuja azul que limpia nuestro cuerpo, nuestras memorias… volvemos a hacer consciente la respiración… al cabo de unos segundos se empiezan a desprender creencias innecesarias que nos impiden crecer.
Nuestro cuerpo está surcado por ríos.
Nuestra columna vertebral tiene dos ríos uno a cada lado del tronco.
Suavemente se van destrabando represas de nuestros ríos, de nuestros canales, y el agua circula serena y pura.  
Hacemos circular la energía con libertad, de nuestra coronilla hasta los pies.
Por cada chakra, por cada arteria, músculo, órgano, piel y más allá.
Al igual que las represas que los hombres construyen en las praderas y valles, y que inundan y quitan la libertad a los ríos, así pasa en nuestros cuerpos, el agua se acumula sin circular y se va deteriorando, causando dolor e impidiendo que la energía llegue a todos nuestros valles.
De nuestro corazón salen muchísimos hilitos que nos conectan con personas, seres, que hemos conocido, todos están allí. Con algunos de ellos nuestras relaciones pueden haber sido duras, habernos lastimado, guardar rencor. Sabiendo que al hacerlo estamos perdonando, sacamos los hilitos más oscuros. Nada tendremos que reclamarles, y al hacerlo damos gracias por lo aprendido.
Al liberar a esos Seres, se nos van liberando nuestras represas interiores, dejamos nuestras aguas fluir en libertad.
Hacemos consciente la respiración, hasta que sentimos que es el momento adecuado de seguir.
Ponemos nuestras manos nuevamente en el pecho.
En nuestras manos encontramos el cristal que se formó con la gota de AMOR INCONDICIONAL, GAIA nos la regresó y multiplicó, y  hay muchas más en nuestro corazón esperando.
Pero esta, que está en nuestras manos, tiene un destino especial.
Una gran Ballena, Mamá Ballena, nos acompaña, nadamos suavemente en ella hasta la misma central de Fukishama en Japón.
Nada malo nos puede suceder (todas nuestras aguas circulan y nada se detiene en nosotros).  Allí, ante lo que se nos presenta, nos afianzamos en GAIA, nos sabemos libres y seguros.
 Como si fuéramos un cetáceo sentimos que respiramos por una abertura en nuestro cráneo, algunos lo sentirán en la coronilla y otros en el tercer ojo.
Se llenan de esa luz, aire, energía, que ingresó por esa abertura… acumulamos mucha energía que se va juntando en nuestro pecho…
Desde el corazón completamente abierto emitan con fuerza por esa misma abertura en el cráneo, burbujas de colores que salen alegres, que purifican y llevan nuestro Amor.
Dos, tres, cuatro… veces…
Es un modo de respirar, no es aire, no es agua, es una energía purísima y cristalina.
Sientan como estamos agradeciendo nuestra vida con este gesto de Amor.
Sin temor alguno, abrimos nuestro corazón y por el corazón mismo lanzamos un remolino de agua pura.
Vemos la transformación del lugar.
Vemos como las burbujas transmiten alegría a todas las aguas, a todo lo que se nos permite ver allí, todo va recibiendo nuestro Amor.
Mamá Ballena nos agradece y nos indica que el cristal que tenemos en las manos lo dejemos allí, que este  continuará sanando las aguas y la tierra.
Nos vamos alejando de Fukishama, nuevamente nos adentramos en el océano…  y vemos delfines que van jugando entre las olas. Ellos no perciben los peligros, su respiración los mantiene conscientes del momento –tal como lo estamos descubriendo gracias a ellos- y elijen en cada respiración vivir.
Alegres y felices como ellos tomamos un nuevo cristal de nuestro corazón que aparece en nuestras manos y entre todos hacemos una montañita de ellos.
 Los delfines se detienen a observar y saltan felices, jugamos y saltamos entre las olas con ellos.
Estamos haciendo un pequeño servicio que nos han encomendado, estamos marcando un lugar al que por ahora ellos deben evitar, y si deciden adentrarse  van con una muestra de nuestro Amor que los acompañará.
Algunos pueden ver este lugar, es una pequeña bahía en donde están siendo atrapados y sacrificados. Es el temor a que GAIA no los sostenga, es el miedo a la falta de alimentos, la falta de confianza y la búsqueda de aparentes seguridades  son causas de que estos pescadores no puedan sentir el amor y la generosidad de GAIA. No interferimos con su propio proceso, no juzgamos, cada uno a su tiempo y por su camino. Nosotros también somos esos pescadores en muchas cosas de nuestra vida.
Respiramos, no hay temor, no hay tristeza, hay conciencia, más y más conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor, de la generosidad de GAIA, de la importancia del agua, de nuestro cuerpo, de la fuerza de nuestro Amor, de lo que podemos lograr siendo UNO con la conciencia despierta, con nuestras individualidades y vivencias, pero sabiendo que la separación es momentánea.
Respiramos, luz, agua, energía.
Nuestras manos se han vuelto un cristal.
En ellas vemos delfines, ballenas.
Por nuestro cuerpo circulan cetáceos que van alineando nuestros cuerpos.
Nuevamente respiramos y hacemos entrar energía por la abertura en nuestra frente  o coronilla.
Cuando lo sentimos apropiados continuamos.

Lentamente volvemos a ser concientes de nuestro cuerpo mientras sentimos como se despierta algo nuevo dentro nuestro, una parte de nuestro Ser que habíamos mantenido oculta hasta hoy.
Damos gracias.
Nos volvemos nuevamente un gran cetáceo que inunda todo el lugar, nuestra casa, de luz de colores que llueve en burbujas.
Damos gracias a todo.
Nos aquietamos.
Le pedimos a nuestro Ser Superior que nos termine de asentar, y sabemos que podemos mantener esta frecuencia con nuestro corazón, que se ha llenado de cristales puros y que hemos liberado todas las represas de nuestras vías energéticas, que empezamos a libertarnos de viejas creencias que limitan nuestro crecimiento. Que hemos devuelto un poco de todo lo que recibimos, que al hacerlo no somos ni salvadores ni elegidos, somos concientes de ser UNO y que al dar amor nos damos amor en un espiral que simplemente multiplica el AMOR.
Antes de terminar agradecemos a todos los que han compartido esta meditación.
 



Cristaliandonos

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2 comentarios:

  1. Kai:fui vivenciando cada palabra,cada pensamiento,fui respirando lentamente,fui visualizando.me hizo llorar cuando decis que tenemos hilitos negros,que son de las reaciones con esos seres que les guardamos rencor,y como hay que eliminar eso.El visualizar el agua,los delfines,hasta el líquido amniotico,me tranquiliza.no se para que puedo servir,pero estoy a las órdenes para el que me necesite,y desde pequeña supe lo que era amar,darse a los otros c de la mano de mi mamá partera y mi padre profesor de literatura.Mil gracias Kai por tanta LUZ;AGUA Y AMOR.Que Dios te colme de bendiciones.María Yisel Carvalho

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  2. Hola! Somos Fuente Sagrada. Hemos puesto la meditación del agua en el grupo de facebook MEDITO CADA DIA
    http://www.facebook.com/groups/meditocadadia
    (con un link a vuestro blog)

    Gracias!
    Tod@s somos Un@

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